martes, 6 de julio de 2021

 La noche no es ni buena ni mala, ni representa nada

    La noche, concretamente, es el tiempo en que no hay luz de sol iluminando el cielo. No es un ser vivo, ni algo malo ni algo bueno. Los seres humanos son responsables por sus malos actos cometidos durante la noche, y la noche no tiene nada que ver con lo bueno o lo malo que se haga. ¿Acaso en el día no se cometen también atrocidades además de buenas acciones?

    En la noche pasan cosas buenas, y hay buenos recuerdos. 

    En la noche aparecen la luna, las estrellas y las auroras de los polos. Y si es muy oscura, eso no la hace ni mala ni fea. De hecho, en sí mismos, ni el día ni la noche cumplen funciones estéticas de ningún tipo. Todo depende de cómo están dispuestas la luz y la sombra.

    En la noche se cuentan cuentos y se cantan canciones. 

    En la noche, después del trabajo, las parejas y las familias pueden estar reunidas.

    En la noche, al dormirnos, emprendemos el ciclo del sueño, el descanso, la calma, de modo que podamos afrontar los afanes y los problemas con más energía.

    En la noche hay silencio y serenidad. 

    En la noche hay confidencias y hermosos momentos de parejas.

    En la noche hay unión sexual e intimidad de las parejas.

    En la noche casi todos los seres vivos descansan y están en silencio.

    En la noche más oscura, los seres humanos pueden aprender a confiar y a respetarse mutuamente.

    La noche es buena. No es pesada, ni fea. Es simplemente otra fase del ciclo de rotación de nuestro planeta, con beneficios para los seres vivos.

    No digo que quiero que sea siempre de noche, ni siempre de día. Digo que ninguno de los dos fenómenos representan algo malo, ni tampoco algo bueno. Los dualismos arbitrarios no son bonitos ni inteligentes. Asociar la oscuridad a lo malo y la luz a lo bueno nos da la posibilidad de pensar que el fuego no puede quemar y destruir y que ver fuego por todos lados se siente bien (cosa que no es cierta), que los rayos ultravioletas no pueden hacer daño, que no se podría dormir si no hay luz en la habitación, que el descanso solamente existe con luz (y no es así), que los ojos solamente blancos y con luz son bonitos (lo cual no es cierto, y de hecho es aterrador y perturbador), y que estar en una habitación completamente blanca jamás podría provocarnos perturbación e incluso asco (que sí lo produce), etcétera.

    Ni completa luz ni completa oscuridad. Necesitamos las dos en equilibrio, formando colores y paisajes distintos.

    La oscuridad, de hecho, es tan pura como la luz blanca. No es sucia, ni representa la suciedad. De hecho, en eventos elegantes solemos utilizar ropa negra. Y la oscuridad, por lo general, nos ayuda a pensar en la nada. Cuando cerramos los ojos, vemos oscuridad. Y no se ve nada. Cuando el universo inició, ¿había oscuridad o luz? Para mí, oscuridad. Antes de que el universo existiera, no había nada. Y si no había nada, no podía haber nada sucio. La oscuridad pura, por lo tanto, es muy limpia, y muy sencilla, porque es la nada misma. Y la nada es nada, y por lo tanto es única y es sencilla, y es auténtica. ¿Qué tiene de malo ser único, sencillo y auténtico? No tiene nada de malo. (Y dije la palabra nada). 

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