domingo, 16 de mayo de 2021

La igualdad entre la mujer y el varón es un paradigma fundamental que debemos dar por sentado y dejarlo atrás en lugar de seguir hurgando en él

    Percibo un gran conflicto personal que sufren algunos de los propios defensores de la igualdad entre la mujer y el varón: siguen "luchando" por la igualdad, lo cual no deberían hacer. La igualdad, para ellos, debiera ser un modo de vida acerca del cual no necesitan predicar, pues ya debieran tomar la igualdad como paradigma fundamental que ya fue establecido en las mentes de muchas personas, de modo que no reflexionan más sobre ese tema y pasan a otros temas. 
    Y lo peor es que en su lucha recurren constantemente a comportamientos que se han vuelto vulgares y cansadores. Algunos ejemplos (junto con mis cuestionamientos) son los siguientes:

    -  Artículos titulados así: "El papel de la mujer en...", o "El rol de la mujer en...". Mi cuestionamiento acerca de ese fenómeno es el siguiente: ¿Qué necesidad tienen esas personas de escarbar en el pasado en lugar de dejar en paz al pasado y concentrarse en el presente? ¿Acaso encontrarán la sociedad de sus sueños en el pasado, en lugar de formarla en el presente con sus propias mentes y vivirla con sus acciones? ¿Y por qué están tan ebrios de querer colocar a la mujer todo el tiempo como víctima y como un ser del cual todos deberíamos sentir lástima constantemente, lo cual es contrario al pensamiento de la igualdad? Lo pregunto porque cuando esas personas escriben así, es porque muy posiblemente tienen sentimientos de lamento y lástima, y quizá también resentimiento en mayor o menor medida.

    -  Artículos que contienen frases como la siguiente: "Durante siglos la mujer fue oprimida y considerada como la sombra del hombre". Mi cuestionamiento acerca de ello es el siguiente: ¿De qué sirve condenar algo que existió en el pasado? ¿Y de qué sirve desarrollar resentimiento a causa de algo que ya pasó y de lo que no son parte? Y si son parte, ¿de qué sirve sentir lástima por uno mismo? Es mejor defender las propias ideas y vivir conforme a ellas, que andar lamentándose constantemente por los pensamientos de otros. Y además, ¿hasta qué punto es justo considerar a la mujer como el ser históricamente más oprimido? Porque en la historia humana en general, jamás todo fue malestar para la mujer, así como nunca todo fue bienestar para el varón. Los dos son receptores y a la vez emisores de una determinada cultura. 

    -  Asociaciones arbitrarias de conceptos y arquetipos. Por ejemplo, la creencia de que la violencia es patriarcal, o masculina, y la paz es matriarcal, o femenina, y que si una mujer es violenta es una mujer patriarcal o víctima del patriarcado, y que si un varón es pacífico, es un varón matriarcal. ¿Qué hay de racional en un pensamiento así? Asociar la paz o la violencia a un ser humano en base a su sexo, no es otra cosa que una asociación arbitraria e irracional de conceptos, producto de la misma cultura que algunas veces condenan y otras veces aprueban (mayormente, conforme a lo que les sea conveniente). Algunas personas desaprueban que se le "imponga" a la mujer la etiqueta de ser pacífica y tranquila debido a la cultura que la obliga, mientras que otras personas aprueban la misma asociación de ideas, afirmando que si las mujeres gobernaran mayoritariamente el mundo, el mundo estaría lleno de paz. Una cosa es que generalmente las mujeres sean las que son más tiernas y compasivas con sus hijos, por ejemplo, y otra cosa muy diferente es asociar oficial y definitivamente la paz con la mujer, conforme a la irracionalidad de uno.

    -  Afirmaciones como: "Todavía nos falta mucho para llegar a la igualdad". El problema con esas afirmaciones es que se piensa que la igualdad es algo cuantitativo, algo así como: "Cuantas más personas piensen igualitariamente en el varón y en la mujer, más igualdad habrá en el mundo". Pero la igualdad no es cuantitativa, sino cualitativa. ¿Qué importa que algunos piensen diferente, si nosotros ya vivimos conforme a la igualdad? Vivir conforme a la igualdad no requiere de proselitismo ni de resentimiento por el pensamiento de otros, sino simplemente vivir nuestra vida conforme a la razón, la cual aprueba lo justo y lo que no tiene adornos arquetípicos encima.

    Pero aún si hablamos de la cultura universal, en términos cuantitativos, de hecho, el paradigma general de la población mundial ha cambiado muchísimo a favor de la igualdad entre la mujer y el varón. El paradigma no igualitario ya no es mayoría en la población mundial, sino que empieza a ser minoría.

    - Noticias e informaciones con títulos como los siguientes: "La primera mujer de tal profesión en tal país", o "Una mujer sorprendente en medio de una cultura patriarcal y opresiva". Mi cuestionamiento es el siguiente: Una persona que tiene la igualdad instalada en su mente, no tiene por qué manifestar sorpresa cuando algo fuera de lo común o general acontece. Simplemente ocurrió. Y cuando se trata de la igualdad entre el varón y la mujer, no tiene por qué manifestar sorpresa porque una mujer gobierne, ni decir indignadamente: "Es lo que debería pasar siempre".  A mi parecer, simplemente debiera darlo por sentado, pues en su mente, naturalmente los varones y las mujeres son iguales. Si muchos varones han gobernado y luego una mujer gobierna, eso no tiene por qué parecerle un súper avance, o un motivo de sorpresa, pues su mente ya es igualitaria. 

    En síntesis, la persona igualitaria no lucha por la igualdad en las vidas de otros, sino que vive la igualdad como si existiera en todo el mundo, y debate racionalmente cuando le toca debatir. No necesita reflexionar en la igualdad como si fuese un precepto religioso o místico que propagar, sino simplemente vivir con naturalidad en ella y no estar como los pueblos indígenas tristemente mediatizados y arquetipados por el vulgo, quienes hablan de sus ideas a causa de que los medios vulgares quieren proporcionar a la gente una experiencia intelectual "rebelde", fuera de su cultura, poco común. Pero opinar porque sí acerca de los pensamientos de otros, sin argumentos racionales y sin las personas adecuadas para debatir, no es algo útil ni honroso. 


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